La Reforma Energética aprobada a principios de 2014 acerca a México a la calificación de A de las distintas agencias de calificación, y comienza a beneficiar a las empresas mexicanas, pues Pemex ha llegado a un acuerdo con la empresa rusa Lukoil, para intercambiar experiencia y conocimientos en exploración y explotación de hidrocarburos.
También hay que destacar que importantes empresas extranjeras como Repsol, destacan que México ha ganado "peso" y "relevancia", y que a partir de ahora será un destino a tener en cuenta si hablamos de inversiones, pues con las medidas adecuadas tienen un gran potencial.
Lo más destacable de todo esto, es la "atracción" de una inversión extranjera directa que necesitaba el país, y que se estima que rondará los 20.000 millones de dólares e incrementará el Producto Interior Bruto (PIB), entre 1,5 y 2 puntos porcentuales. Además de provocar que la economía mexicana crezca a un 5% anual a medio plazo, pero dependerá de cómo se asienten los cambios constitucionales en las leyes secundarias.
Según el presidente de la Comisión de la Energía del Senado de la República, México recibirá 100.000 millones de dólares de inversiones por año, un hecho que se producirá cuando la Reforma Energética esté totalmente implantada y asentada, es decir, en una década. Tampoco debemos olvidar que será un impulso importante al desarrollo del Corredor Transístmico, y así poder instalar y desarrollar nuevas infraestructuras y movilizar productos. El corredor es el punto de conexión entre los dos Océanos y una plataforma logística importante que podría favorecer el crecimiento y desarrollo del país.