Considero que si existirá una incertidumbre muy grande hasta finales del año en curso (como mínimo). La desestabilidad en nuestra paridad cambiaria tendrá más afectaciones, siendo este tan solo el inicio de ellas con la electa administración: declaraciones de posibilidades, toma de posesión, declaración oficial de acciones. Hoy día, toda esta volatilidad (de gran magnitud) gira en torno al presidente electo, analizándolo desde el contexto interno, pero esto no se puede (ni debe) traducirse como una debil, o nula, capacidad de la estructura económica mexicana de poder afrontar este problema cambiario tanto interna como externamente.
