Harruinado
03/11/25 12:05
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Historias de la Bolsa.
La narrativa del mercado estadounidense vuelve a girar sobre tres fuerzas. De un lado la euforia en torno a la inteligencia artificial, de otro, la creciente fractura dentro de la Reserva Federal y por último, la pérdida de fiabilidad de los datos económicos oficiales.Todo esto sucede mientras Warren Buffett acumula más efectivo que nunca, un gesto que, viniendo de quien viene, no es menor.La revolución de la IA sigue siendo el eje del ciclo alcista. Ni los movimientos bruscos tras los resultados de Meta o Microsoft, ni el escepticismo mediático sobre el gasto en infraestructura tecnológica cambian el fondo, pues estamos lejos del pico de inversión en inteligencia artificial. Amazon y Alphabet baten récords, Nvidia ya rozó los 5 billones de capitalización y las emisiones corporativas vinculadas a proyectos de IA se “sobre suscriben” varias veces. Las grandes tecnológicas están financiando la próxima década a coste casi cero, convencidas de que el retorno superará con creces su coste de capital.Al mismo tiempo, la política monetaria entra en zona de ruido. La Fed está cada vez más dividida con Powell defendiendo una estrategia de “gestión del riesgo”, mientras voces como Logan o Hammack reclaman mantener la restricción para no perder el control de la inflación. En otras palabras, la política monetaria estadounidense ya no rema en una sola dirección. Las diferencias internas aumentan y, con ellas, la incertidumbre sobre los próximos recortes de tipos.En paralelo, el mercado laboral y los datos macro se miden ya sin el Gobierno. La parálisis en Washington ha dejado a los inversores sin estadísticas oficiales del BLS, sustituidas por cálculos privados como los de ADP. Esas mediciones muestran desaceleración, pero también divergencias notables. En un sistema donde cada parte genera sus propios datos, la visibilidad macro se difumina, lo que agrava la volatilidad y amplifica las reacciones a cualquier señal parcial.Y en este entorno, aparece el espejo de la prudencia: Buffett. Berkshire Hathaway acaba el trimestre con 382.000 millones de dólares en caja, marcando un nuevo máximo histórico, y lleva 12 trimestres consecutivos vendiendo acciones netas. Más que miedo, es un diagnóstico que indica que las valoraciones son demasiado exigentes y apenas quedan activos que “muevan la aguja”. Buffett entiende que, cuando el precio lo descuenta todo, el riesgo deja de pagarse.Así las cosas, el mercado sigue sosteniéndose sobre la narrativa tecnológica y la expectativa de recortes de tipos, pero las grietas aumentan con una Fed fragmentada, datos cada vez menos fiables y la acumulación de liquidez por parte de los gestores más pacientes.Los inversores no deberían buscar aún un techo, pero sí reconocer que, cuando hasta los “números duros” dejan de ser claros, el ciclo empieza a hablar en susurros. Javier Molina, analista senior de mercados para eToro