Una buena señal es que en cuanto ha olido los 5,70 se ha ido para arriba. Además está en los mismos niveles de sobreventa que marcó en el primer suelo de 2010.
El caso es que los resultados han ido bajando año tras año, pero la acción ha llegado a situarse por encima de 9€. El mercado valora expectativas futuras. De todas formas, sigo pensando que se trata de una maniobra de cortos. No creo que mantengan sus posiciones más allá de los 5,70€.
Para mí es una gran empresa aunque no tan bien gestionada como otras. Tiene caja neta y es líder en su sector. Creo que el principal problema es que sigue basando su negocio en la facturación de servicios, en vez de en las ventas nuevas, que debería estar aprovechando con el pequeño repunte del sector inmobiliario. Como factor positivo a destacar, que el valor de las ventas nuevas es de 41,2 millones solo en el tercer trimestre, un 21,4% más que en el mismo periodo de 2017. Además, la cartera de pedidos pendientes de ejecutar se ha incrementado en un 2,7% en los 3 primeros trimestres. Me parece que el castigo sería excesivo en base a los resultados presentados.
