Algunos comentarios rebosan optimismo hasta el punto de entrar en el absurdo. Lo mejor es asumir cuanto antes la situación. Aunque cada cual es libre de mirar al lado que prefiera, pero que no engañe al resto.
En primer lugar en cuanto a los comentarios de que no hay problemas de liquidez para devolver el importe íntegro... digamos que eso puede ser cierto en una situación de operativa corriente de cualquier empresa, pero cuando se entra en liquidación la situación contable cambia totalmente. Liquidar una empresa nunca es gratis, ni barato. Pocas veces el proceso termina sin que haya acreedores damnificados que no salen perdiendo. Despidos, costes judiciales, costes de estructura por inmovilizados... la lista es casi interminable.
Y sobre los plazos más de lo mismo. Desde luego no es cosa de semanas hasta que se hace la cuenta final en que se puede asignar un importe de cobro a cada acreedor. Y solo después, que no antes, se activan los fondos públicos de garantía. ¿O al alguien se le puede ocurrir que la Administración primero paga el tope máximo y luego hace la cuenta de lo que debería haber pagado? En fin...
Si sumamos el tiempo que se va a tardar en recuperar el efectivo, los dolores de cabeza que dará todo el proceso, el tener que tramitarse todo en remoto y en un país del que no se conocen sus entresijos judiciales y administrativos, dudo mucho que a alguien le haya compensado lo más mínimo quedarse pillado.
Un dato para la posteridad, cuando un banco, el que sea, no permite bajo ningún concepto rescatar un depósito contratado antes del vencimiento, es porque no puede hacerlo. Y eso es por situaciones de riesgo como esta. Para un banco tener un depósito un tiempo que por razones de rescate anticipado no te acaba remunerando, es todo un negocio. Pero si hay riesgo de huida masiva de fondos por posible quiebra, la película cambia.
