El arriendo, renta o alquiler de una propiedad inmobiliaria, es una actividad mercantil en el cual intervienen dos intereses, el del arrendatario y el del arrendador, inclusive cuando el arrendador sea una dependencia gubernamental. Para cada parte de este binomio existen normas y reglas que deben ser observadas.
No existe disculpa más socorrida que la de culpar a los dirigentes de la asociación, cuando alguien quiere salirse con la suya y no puede hacer lo que le viene en gana en una propiedad regida por un colectivo de propietarios.
En estos tiempos de gran demanda y escaso inventario de propiedades inmobiliarias, se presentan en el mercado fenómenos que pudiésemos decir que escapan a la imaginación más vivaz. Ejemplos hay muchos. Pudiésemos comenzar por aquellos que, sin tener la más peregrina idea de cómo funciona la ley y el mercado inmobiliario en Norteamérica, se ofrecen como corredores de bienes raíces.
En su primer alocución pública, la que posteriormente sería Primera Dama de la República, Sra. Eleonor Roosevelt, dijo lo que podríamos traducir así: ...“Si tratáramos de ver un elefante de cerca podríamos ver solamente parte del elefante. Necesitaríamos dar la vuelta al elefante y observarlo desde diferentes ángulos, para poder decir que hemos visto al elefante en su totalidad.”
Considere que usted ha sido designado para administrar $100.000.00, por espacio de un año. Su deber es hacer crecer ese capital durante el período de tiempo señalado. Usted debe contemplar únicamente cuatro opciones.
A todos nos resulta difícil creer que podamos ser víctimas de una estafa; pero lo cierto es que los estafadores existen y que diariamente perfeccionan sus técnicas delictivas con las cuales embaucar a los incautos. Por regla general el ser humano es confiado y considera que todo aquel que le aborda lo hace con el propósito de ayudar. Son pocos los que siempre están a la expectativa.
En tiempos de tormenta los navegantes buscan la caleta más cercana para resguardar sus naves, hasta que pase el mal tiempo. Aquellos con más posibilidades, dirigen sus embarcaciones al puerto que más seguridad brinde, buscando de esta forma capear la tempestad que se avecina, mientras hacen planes para hacerse a la mar de nuevo en cuanto venga la calma chicha.
Tuvo que hipotecar la propiedad para satisfacer la demanda de herencia que ascendió a $175.000.00. De haber consultado un abogado, cuyos servicios le hubiesen costado aproximadamente $500.00, éste hubiese modificado la titulación, y hubiera convertido la misma en un título de propiedad conjunta, con derecho de traspaso y control de propiedad para aquel de los dos que sobreviviese al otro.
Con frecuencia suelen presentarse problemas en las transacciones de compra-venta de propiedades inmobiliarias. En ocasiones son inconvenientes simples que sólo provocan contratiempos al tiempo de transferir título, lo que conlleva a tramitar extensiones en el contrato original; se debe tener conocimiento de las implicaciones que una extensión al contrato de compra-venta puede crear.
En la última semana he recibido más correos electrónicos y llamadas telefónicas que nunca antes, y todas preguntando acerca de lo mismo: mis consideraciones acerca del porvenir de la industria inmobiliaria en Norteamérica. Para aquellos que preguntan si es conveniente continuar invirtiendo en bienes raíces en estos momentos, la respuesta es “sí”