Ha comentado en el artículo Finanzas personales: Ser más listo que el diablo
ir al comentario
No creo que el hecho de haber padecido penalidades en la infancia haga a uno ser un descosido, al menos no ha sido mi caso y he llevado ropa de segunda mano hasta casi los 15 años, sin contar que de pequeño alguna vez tuve que ir a comer a la beneficiencia; nací en 1955. Es más, en mi caso ha sido al revés, y me cuesta satisfacer mis propios deseos, los voy postergando y al final muchos veces no los satisfago. Solo he comprado dos cosas a crédito en mi vida, mi primer coche y mi vivienda, y ambos prestamos los liquidé antes de lo estipulado. No me gusta tener deudas, se vive mucho más tranquilo.
No creo que el problema sea de los bancos, aunque poco a poco han ido sumandose a la presión tentadora, llamandote para ofrecerte prestamos por ejemplo. La presión es del sistema, un sistema que necesita vender cada vez más para mantenerse. Cuando yo nací no había más que un canal de tv en blanco y negro, y la mayoría de gente no tenía tv. En mi caso no teniamos tv pero ibamos a casa del vecino a verla. Eran otros tiempos y los vecinos eran vecinos y no desconocidos como ahora. Recuerdo que en el pueblo de mi padre, Burjasot, a 8 km de Valencia, ahora prácticamente un pueblo dormitorio, se reunía medio barrio en la calle a ver la única tv disponible; memorables cenas a base de habas secas y avellanets (un tipo de caracoles pequeños que por cierto ahora están carísimos).
Ahora tenemos publicidad por todas partes instandote a consumir lo más posible y lo antes posible. El mundo parece perfecto, un lugar donde divertirse y ser fecliz sin consecuencias ni obligaciones. Se enseña a la gente a satisfacer sus deseos lo antes posible, no a ahorrar para comprarlos sin recargo. Es el sistema y zafarse de él cuesta mucho, es más, si todos pudieramos hacerlo la sociedad en que vivimos, el sistema económico que se ha creado, se iría a pique. La gente, y más en este país, cree tener derecho a todo pero muy pocas obligaciones, es lo que los medios dicen continuamente.
En occidente me dá que la gente como yo somos casi dinosaurios. Trabajadores que ahorramos, no tenemos prestamos y no compramos nada a plazo con recargo.
En cuanto a la Iglesia... Soy ateo, todas las religiones me parecen más o menos estúpidas, y las organizaciones como la iglesia una corporación como cualquier otra.