Por alusiones:
Me importa un bledo granjearme la animadversión e, incluso, la manifiesta enemistad de una gran parte de esta comunidad bloguera. No deseo aparecer como bienquisto y me horrorizaría que me atribuyeran la condición de políticamente correcto.
Para mí, es indiferente que otorguen fines propagandísticos o intereses crematísticos a mis intervenciones. Yo no escribo para que lean mis comentarios los miles de personas que acceden a este blog sino para que, a lo sumo, me relean cinco personas. Para más inri, no lo hago con ánimo de proselitismo, antes al contrario la finalidad es esencialmente propedéutica.
Considero enormemente cansino adentrarme en su estólido mensaje. Si tras la hornada de entradas sobre la plata aún no comprende las ventajas de la inversión en monedas de 12 euros dudo que merezca la pena invertir mucho más tiempo al respecto.
En una de sus perlitas emite el siguiente despropósito en referencia a las monedas de 12 euros:
"Entonces, sería tan fácil como ir al banco y pedir todas las monedas existentes, con solo depositar el premium debería valer para ello".
Pues no. En el banco no quedan monedas de 12 euros. Ni en el Banco de España y sus sucursales, ni en la red de banca comercial. Los bancos se han creado para hacer negocio y el NEGOCIO ESTÁ EN ROBAR, no en salvaguardar la economía de la población con activos monetarios con valor intrínseco que actúen como una reserva de valor. ¿Y quién se ha quedado esas monedas? Pues evidentemente, los listos, puesto que LOS TONTOS SIEMPRE SE QUEDAN EL PAPEL.
Otra perlita del mismo comentario emitido desde la más absoluta estulticia:
"Por supuesto, una solución para salvaguardar el valor de los papelitos de colores (porque quizás las monedas tengan algo más de valor, tienen cobre ;) ) sería transformarlo en monedas de plata, pero en mi opinión, me parece poco práctica para la situación actual de las economías familiares. Salvo, como apuntas para esas manos acaudaladas o coleccionista..."
Precisamente, si una moneda de 12 euros de valor facial de plata se compra en torno a 13 euros en el mercado, con un riesgo de pérdidas de UN EURO por adquisición, aquí si debo otorgarle ineluctablemente la razón puesto que comulgo con usted en que dicha inversión EXCLUSIVAMENTE ESTÁ AL ALCANCE DE GRANDES HACENDADOS, OLIGARCAS, MULTIMILLONARIOS Y DEMÁS POTENTADOS.
A fin de cuentas, un euro es un euro. Le pido sinceramente disculpas: me ha abierto los ojos. Yo me había enrocado en mi cerril y obstinada posición, pero usted ha impelido mi discernimiento. Una familia se podría arruinar si perdiera un euro por moneda adquirida.
Imaginemos el peor de los escenarios a mi apuesta. Si la plata bajara un 95% las pobres familias que hubieran confiado en mí, habrían perdido un 7,69% de la inversión. Menuda desgracia...sólo al alcance de los más pudientes.
Pero...¿Y si la plata subiera un 95%? Pues el comprador tendría un beneficio de más del 85%. Aunque pueda parecer una locura propia de una calurosa noche de verano...la plata podría subir incluso más.
¿Compensaría el riesgo/recompensa de perder un 8% o ganar un 85%? Decididamente no. Es mejor no arriesgar ese euro, porque nos podríamos arruinar. Lo mejor es tener el dinero en forma de billetes de papel, porque la historia demuestra que NUNCA pierden valor y perder un euro por moneda de plata podría ser catastrófico para las economías populares de este país.
¿Lo ven? Nunca supuse que sería tan fácil dar mi brazo a torcer. Estaba equivocado. Cual ínclito epígono del egregio cubano Dinio, la noche me confundía; mas finalmente recobré mi raciocinio. Lo que mola es el dinero de papel, y si está depositado en una cuenta corriente bancaria en soporte digital, aún más. En caso de un colapso financiero, corralito, guerra o grave conflicto social, evidentemente la gente podrá dar de comer a sus hijos con un cheque de papel contra su cuenta bancaria antes que con monedas de plata.
Confío en que no sea necesario ser un erudito de la exégesis para comprender el fin último de mis palabras.