El dinero huye de la Zona Euro.
Pues sí. Esto es lo que nos reveló ayer un informe del BCE, que reconoce que los inversores europeos sacaron de la Zona Euro, durante el mes de enero, más del doble de los capitales que sacaron en diciembre. Esta crítica noticia, que puntualmente se publicó en vuestras plataformas de inversión, terminó ayer con el impulso con el que el euro había comenzado la semana.
Y no es para menos, ya que el ritmo con el que el dinero ha salido en enero de la Zona Euro ha sido el doble del promedio de los seis meses precedentes. ¿Qué nos sugiere este hecho? ¿Que la apreciación del euro ha sido exagerada? Sí. ¿Que no hay un apoyo subyacente verdadero por parte de los inversores para que el euro esté tan fuerte? Asi es. ¿Que el euro podría empezar a ser objeto de ventas? Correcto. ¿Qué la subida del euro se ha debido, sobretodo, a compras especulativas? Así lo dicen los buenos saldos que arrojan las cuentas en divisas.
El euro marcó ayer un máximo intradía de 1.2378 dólares, cerca de sus cotas máximas en un mes. Ahí se detuvo el rebote. La moneda comunitaria fue penalizada al sonar la alerta roja sobre la huida de capitales de la Zona Euro, a causa de la poca confianza que genera entre los inversores la recuperación de las principales economías que comparten la moneda única.
Las últimas cifras publicadas en este sentido, en especial la producción industrial en Alemania y Francia y los datos de paro en Alemania, no contribuyen al optimismo en Europa, como tampoco lo ha hecho, sin duda, el atentado del 11-M en Madrid. Aunque todos estos hechos se han producido después de enero, fecha a la que se refiere el informe, la perspectiva de los ataques está muy presente en la mente de los inversores, sobre todo porque el próximo viernes se publica el índice de confianza empresarial en Alemania, elaborado por el instituto IFO, y las previsiones no son optimistas en este sentido.
Por cierto, os recuerdo que Suiza, pese a estar en el corazón del continente europeo, no pertenece a la Zona Euro, siendo un país que ha mantenido su neutralidad desde hace siglos. Hablando de Suiza, permitidme que os remita a un artículo de hoy publica Cincodias.com sobre el secreto bancario suizo, y en el que se informa que, a contracorriente de la tendencia generalizada en Europa de aumentar la transparencia de las cuentas de inversión, «Suiza no sólo ratifica su fe inamovible en el secreto bancario sino que pretende extender esta práctica a la negociación de acciones».
Como sabeis, el ordenamiento jurídico suizo otorga la máxima prioridad a la protección de los capitales, tanto de los inversores suizos como de los extranjeros. Todo inversor que opera a través de una institución financiera suiza se beneficia de esta protección constitucional en el ámbito patrimonial privado, que constituye una garantía jurídica de primer orden para el inversor.
De hecho (sé que algunos os sorprenderéis por lo que voy a decir ahora), este secreto bancario no se levanta, ni siquiera, por motivos de evasión de impuestos. Esto se debe al hecho de que no declarar unos ingresos no se considera un delito en Suiza. Así pues, ni el gobierno suizo, ni cualquier otro gobierno, puede obtener información sobre la cuentas en Suiza.
Y es que Suiza es el único país del mundo que atribuye mayor importancia al respeto de la vida privada que a los impuestos. Por ello, las instituciones financieras suizas, como la que represento, no tienen el derecho a informar sobre sus clientes a las autoridades fiscales suizas, y todavía menos a las autoridades fiscales extranjeras. No es por nada que, como se menciona en el artículo de Cincodias.com, las instituciones suizas gestionan un patrimonio de 2.5 billones de dólares, de los que el 56% pertenece a extranjeros.
En fin, continuando con lo que acontece en los mercados cambiarios, los inversores han decidido castigar al euro, que ayer perdió un centavo en un periodo de tiempo relativamente corto, con lo que el EUR/USD llegaba a la apertura de Wall Stree