Yo pienso lo mismo. La mejor solución es darle a la máquina de hacer dinero. Sin embargo, no sabía yo que el BCE no podía comprar bonos para inyectar dinero en el sistema. La virtud de crear dinero e inflación, es que, aunque los intereses de las deudas actuales suben, el principal se devalua y si ese aumento de masa monetaria llega a las empresas y las familias via aumento de beneficios y aumento de salarios, les será mucho más sencillo pagar lo que deben y además, se creará empleo a corto plazo. El principal problema de esta medida es que se machaca a la renta fija, y el Euro acabaría muy perjudicado frente a otras divisas. Además, está demostrado que los mercados de renta variable tampoco reaccionan bien ante tasas de inflación elevadas. Y también pienso que habría un efecto colateral muy peligroso en el sentido de que en cierta manera, se estaría ayudando a los que se han endeudado en detrimento de los que no, por lo que volveríamos a empezar de 0 es decir, todo el mundo consideraría que endeudarse sale a cuenta, total, al final el BCE pagará las "cañas" para evitar el colapso.
Pero es que un escenario de deflación podría ser aun peor. Ahí, aunque los intereses se mantendrían bajos, el principal de las deudas aumenta de valor, al mismo tiempo que las empresas y las familias tenderían a ingresar menos dinero y se crearía más desempleo. Pienso que en un escenario de deflación el riesgo de quiebras masivas es elevado y podría desestabilizarse el sistema entero hasta el punto de colapsar. Eso si, sería el inicio de una "nueva era" en la economia como dicen algunos, toda una lección para que las familias, las empresas, incluso los paises, aprendan que apalancarse en exceso puede traer consecuencias nefastas.
El BCE tiene un papelón ahora, pero me temo que si se le va de las manos el asunto, terminará por darle a la maquinita, así que como dicen por ahí arriba, cuantos menos papelitos con el simbolo € tengamos mejor. Commodities, cuadros, esculturas, incluso activos inmobiliarios o tierras, y acciones por supuesto, que estén avaladas por los activos de empresas con balances sanos y beneficios recurrentes.