“La rubia del twiter” y  “las obligaciones morales” 
No me da buenas vibraciones todo esto que está ocurriendo.  El comportamiento de la acción está siendo penoso.  A largo plazo soy alcista. Mi preocupación es de corto plazo.  Y no descarto nuevas caídas. 
En setiembre y octubre del año pasado también dos fondos bajistas (Great Point Partners y Point 72)  incrementaban paulatinamente sus posiciones cortas en Pharmamar. Nadie lo entendía, sobre todo después  del 16 de octubre en que la biofarmacéutica publicó una Nota de Prensa anunciando los  resultados positivos de su ensayo APLICOV contra la COVID-19 
en el que se decía  que el atraso en publicarse los resultados  de la fase 3 del Atlantis  era señal inequívoca de su fracaso  y que el Aplidin era solo la  “tapadera” para distraer a los inversores del inminente malogramiento de las pruebas de Atlantis. 
 
Nadie la creyó pero resulta que tenía razón.  Alguien le había filtrado la información. Atlantis  fracasó en su objetivo primario y el Aplidin está en “stand by”, sin avanzar, desde entonces. Los fondos bajistas se forraron.  Quienes  les prestaron  sus títulos también,   porque debieron  de cobrarse su buena comisión. Y aquí no ha pasado nada.  La hecatombe fue de época porque  si el ensayo hubiera tenido éxito, el Zepzelca ya tendría el full approval en EE.UU. y se comercializaría en Europa. 
Ahora mismo tenemos otro  fondo bajista que no hace más que incrementar sus posiciones.  No lo hará para perder dinero. Algo sucederá que  va a originar  un  brusco descenso de la cotización de Pharmamar, no tan importante como la del Atlantis, pero podría dar un disgusto a más de uno. En un principio creí que Consonance  había tomado posiciones en Pharmamar  para asesorar en alguna operación de tipo corporativo, pero ahora creo que  no es más que otro Great Point Partner,  y  que está aquí para hacer su negocio en base a información de “insider” que ya le han filtrado. 
Pudiera ser que la noticia que alentase este desplome previsto por  Consonance, estuviera relacionada con los plazos de realización de los ensayos de Aplidin. Está claro que el avance de las vacunas  le resta relevancia.  A pesar de reconocer  la  necesidad de tener antivirales contra el coronavirus,  el Aplidin  no será el arma fundamental para combatir la enfermedad.  Además están los antivirales en pastilla tipo Molnupiravir que tendrán preferencia frente a los inyectables.  El Aplidin tendría un papel secundario o terciario  en esta tragedia sanitaria. Aún así, el desarrollo del Aplidin por parte de Pharmamar sería una “obligación de carácter moral” y no económico, por lo que los esfuerzos se Sousa podrían dirigirse  hacia otras prioridades,  sin que ello signifique desatender las pruebas de Aplidin pero si una revisión del alcance de los ensayos. 
Quizá sean estas alambicadas consideraciones  las que se puedan leer entre líneas en el articulo del 30 de marzo: 
No es un escrito ni tan largo ni tan técnico como el de “la rubia del twiter”, pero en él  se reconoce que el Aplidin “no es el arma fundamental para controlar la enfermedad” y que  “no es cuestión de dinero” y que “hay que dejar a un lado los beneficios  empresariales” y que seguir con el Aplidin es “una obligación moral”. Se trataría de  promocionar la irrelevancia del Aplidin como prioridad estratégica. 
Alguna razón han de esgrimir para retrasar el Aplidin. Éstas del artículo del día 30, son razones algo veladas pero suficientemente inteligibles. La duda está en creérselo o no  que es el mismo dilema que en su día tuvimos con el documento de “la rubia del twiter”.  Lo  que no pueden decir es  la verdad: que el Aplidin  ha de  esperar para dar un poco más de tiempo  al negocio de las vacunas y los molnupiravires. En cambio lo de la “obligación moral” queda muy bien como excusa, para seguir, pero sin agobios y poder dedicar más recursos al Zepzelca. 
En este nuevo escenario, el Aplidurg se  retrotraería  a una “fase 1”  de 27 pacientes y Neptuno se reduciría a 5 o 6 paises y a la mitad de hospitales. Los recursos tanto de tipo humano como financiero se dedicarían a la fase 3 de Zepzelca en EE.UU. sencillamente por ser mucho más rentable la aprobación de la fase 3 de Zepzelca (ingreso inmediato de 150 M$), que la fase 3 del Aplidin. 
Es indudable que estos argumentos  no convencerían al mercado por lo que el título se desplomaría. Pharmamar  lo aprovecharía para recomprar títulos para su autocartera a bajo precio, los cortos para materializar sus plusvalías y  los minoritarios para capitular (espero que no). 
Todo esto son imaginaciones mías, que  hasta alguien podría calificar  de “teorías conspiratorias”.  Ignoro el motivo que  induce  Consonance a incrementar sus posiciones bajistas, y a Pharmamar  a dar señales de “encefalograma plano” frente a todo lo que está ocurriendo,  pero si lo hacen no será para perder dinero. En todo caso quienes lo perderán serán los minoritarios. Y seguro que  ambos (Consonance y Sousa) están mejor informados que nosotros. Y el que piense que en la Junta General de Accionistas el prestidigitador Sousa va  a aclarar todo esto, está muy equivocado. Las preguntas estarán pactadas, y no habrá tiempo para más. 
A pesar de todo, mi opinión es que  no hay que capitular y si cayera a 87 o por debajo (se cerraría completamente el gap) habría que incrementar posiciones porque la acción vale bastante más que  su precio actual (125 euros, según Bankinter).